¿Qué es la cirugía de prótesis de cadera?
La cirugía de prótesis de cadera o artroplastia de cadera es la sustitución total o parcial de la articulación.
La cirugía puede realizarse de diferentes maneras, dependiendo del tipo de fractura, del paciente y de los criterios del cirujano.
¿A quién va dirigida la cirugía de prótesis de cadera?
Las prótesis de cadera son más frecuentes en personas de edad avanzada que han sufrido caídas, normalmente domésticas, fracturando la cadera (tercio proximal de fémur) y que ya tenían degeneración ósea previa (osteoporosis, osteoartritis…); y en pacientes con patologías como lesiones neoplásicas o displasia de cadera.
Tratamiento de fisioterapia
El tratamiento de fisioterapia es fundamental para que el paciente recupere una buena movilidad y una calidad de vida normal, por lo que debe ser personalizado, dependiendo de las características del paciente y de su lesión. Por ello, lo ideal es que vaya guiado por un fisioterapeuta.
A continuación os dejamos un ejemplo de tratamiento genérico, basado en una serie de ejercicios y pautas posturales:
Tratamiento Preoperatorio:
El tratamiento previo a la cirugía ayudará a una posterior recuperación, evitando o disminuyendo la pérdida de masa muscular tras la intervención.
Objetivos:
Ejercicios en casa:
(Realiza los ejercicios que sea posible según el estado del paciente. Se pueden complementar con caminar en la piscina moviendo los brazos. 15-20 minutos).
Desde la posición anterior con los brazos hacia arriba, exhala flexionando los codos llevando la botella de agua hacia atrás e inhala subiendo.
Tratamiento postoperatorio:
Pautas posturales:
Pautas ejercicios:
Realiza los ejercicios 2 o 3 veces al día, y tras cada sesión aplica hielo en la zona (envuelto en un trapito) durante 10 minutos.
Tratamiento postoperatorio:
Pautas posturales:
Pautas ejercicios:
Realiza los ejercicios 2 o 3 veces al día, y tras cada sesión aplica hielo en la zona (envuelto en un trapito) durante 10 minutos.
Semana 1 y 2:
Es importante empezar a movilizar la cadera desde el primer día para evitar posibles complicaciones y acelerar la recuperación.
Después de tres días ya puedes empezar a ponerte de pie y caminar un poco con andador, por ejemplo, para ir al baño.
Semana 3 a 5:
Empieza a caminar por el pasillo con andador o muletas.
Semana 6